Basado en una sesión de formación impartida en la Universidad de Kardan, 23 de abril de 2025. 

La tecnología financiera (FinTech) está remodelando el sector financiero mundial, ofreciendo nuevas herramientas para fomentar la resiliencia económica y el crecimiento inclusivo, especialmente en las economías en desarrollo y afectadas por crisis. La experiencia reciente de Afganistán pone de relieve tanto el potencial transformador como los retos de aprovechar la tecnología financiera para la estabilidad económica y el desarrollo.

Cómo la tecnología financiera está creando resiliencia económica en Afganistán y por qué es importante

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Cuando entré en la Universidad de Kardan el 23 de abril de 2025 para impartir una sesión sobreEntender las FinTech: El futuro de los servicios financieros”. Podía sentir una mezcla de curiosidad y esperanza en la sala. Los estudiantes estaban ansiosos por conocer no sólo las últimas palabras de moda en finanzas, sino soluciones reales para los retos a los que sus familias y comunidades se enfrentan cada día. Como alguien que ha trabajado en el sector financiero de Afganistán y ha vivido sus altibajos, sé de primera mano cómo la tecnología puede ser un salvavidas en tiempos de crisis.

Por qué FinTech es más que una palabra de moda

Seamos sinceros: Para muchos afganos, la banca tradicional está fuera de su alcance. Las largas colas, el papeleo y, a veces, la falta de confianza en el sistema han mantenido a millones de personas sin servicios bancarios. Pero la tecnología financiera, como los monederos móviles o las plataformas basadas en cadenas de bloques, como HesabPay, han empezado a cambiar la situación. Estas herramientas no son sólo comodidad, sino supervivencia y dignidad. Hoy en día, cientos de millones de afganos se mueven a través de canales digitales cada día, ayudando a las familias a recibir remesas, pagar artículos de primera necesidad, o incluso obtener ayuda humanitaria cuando más importa.

Las cifras cuentan una historia difícil

Los últimos años no han sido fáciles para Afganistán. El Banco Mundial calcula que el PIB afgano se redujo en un asombroso 30% entre 20202022, y cerca del 84% de los afganos viven por debajo del umbral nacional de pobreza de 2.268 AFN (unos 26 dólares estadounidenses) por persona y mes. Y lo que es aún más alarmante, el 97% de los hogares tienen dificultades para cubrir necesidades básicas como la alimentación y la atención sanitaria.Estas no son sólo cifras, representan a personas reales, vecinos y amigos.

La tecnología financiera ha hecho posible enviar dinero a través de montañas y a aldeas remotas donde no existen bancos. Pero seamos claros: el viaje no ha hecho más que empezar. Ahora mismo, alrededor del 1% de los afganos utilizan servicios de dinero móvil, y la mayoría de los agentes se concentran en las ciudades.

Aun así, plataformas como HesabPay han alcanzado los 600.000 usuarios y siguen creciendo, lo que demuestra que existe un verdadero apetito por las soluciones digitales.

Apoyo a las pequeñas empresas y a las familias

He visto a propietarios de pequeñas tiendas utilizar los pagos móviles para mantener sus negocios a flote durante cierres o inestabilidad política. Para las familias, los monederos digitales significan un acceso más rápido y seguro a las remesas o a los fondos de emergencia. Estas historias se hacen eco de lo que muestran los estudios mundiales: los países que adoptaron las tecnologías financieras durante la pandemia del COVID-19 se recuperaron más rápidamente, gracias à la flexibilidad y el alcance de los pagos digitales.

Superar barreras paso a paso

Por supuesto, no todo es coser y cantar. Muchas mujeres afganas aún no tienen DNI (National Tazkira) ni teléfono móvil: solo el 17 % de las mujeres tenía DNI (National Tazkira) en 2019, y solo el 31 % poseía un teléfono móvil en 2021​.La confianza cultural en las redes tradicionales de Hawala sigue siendo fuerte, y la alfabetización digital es un obstáculo, especialmente para las generaciones mayores y las comunidades rurales.

Pero cada vez que un estudiante de mi sesión contaba cómo su familia utilizaba un monedero móvil o aprendía sobre los pagos QR, me recordaba que el cambio es posible, persona a persona.

  • Brecha de género y exclusión digital 

La exclusión de las mujeres de la financiación digital es uno de los retos más acuciantes de Afganistán. Sin un documento nacional de identidad, las mujeres no pueden abrir carteras digitales ni recibir ayuda. Las normas culturales impiden a menudo que las mujeres posean teléfonos móviles o viajen para solicitar el documento de identidad. Como resultado, las mujeres quedan desproporcionadamente fuera del sistema financiero, incapaces de acceder incluso a los servicios más básicos.

Esta exclusión no es solo una cuestión de equidad; es un obstáculo para la recuperación nacional. La financiación digital puede empoderar a las mujeres proporcionándoles un acceso discreto y seguro a los fondos, pero solo si abordamos las barreras subyacentes de la propiedad del DNI, el acceso móvil y la alfabetización digital.

  • El estado de las finanzas digitales: Progresos y puntos débiles 

El sector de las finanzas digitales de Afganistán ha crecido, pero se enfrenta a importantes obstáculos:

  1. Alcance limitado: Menos del 1% de los afganos utilizan servicios de dinero móvil, y la mayoría de los agentes están en las ciudades.
  2. Lagunas en las infraestructuras: Aunque el 88% de la población tiene cobertura GSM, la calidad de la red es mala en las zonas rurales y la posesión de teléfonos inteligentes es baja, especialmente entre las mujeres.
  3. Confianza y sensibilización: Muchos afganos desconocen las opciones de financiación digital o no confían en utilizarlas. Las redes hawala siguen siendo dominantes debido a su profundo arraigo en la sociedad afgana.

A pesar de estos retos, hay puntos brillantes. Plataformas como HesabPay, que se integra con APS y ofrece monederos basados en blockchain, se están expandiendo rápidamente.

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Lecciones aprendidas y lo que hay que hacer a continuación

  • Hacer que el sistema funcione para todos 

Necesitamos un ecosistema de pagos digitales abierto e interoperable en el que bancos, operadores de dinero móvil e instituciones de microfinanciación puedan conectarse sin problemas. El Sistema de Pagos de Afganistán (APS, por sus siglas en inglés) se creó para ello, pero las recientes crisis en el país lo han retrasado. Reactivar y modernizar esta infraestructura es fundamental para ampliar las finanzas digitales y garantizar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan.

  • Invertir en las personas, no sólo en la tecnología 

La tecnología por sí sola no basta. Debemos invertir en educación financiera y digital, especialmente para las mujeres y las comunidades rurales. Según mi experiencia, cuando la gente entiende cómo funciona el dinero digital y confía en él, es mucho más probable que lo utilice.

  • Aprovechar las redes locales 

Los hawalas han gozado de confianza durante generaciones. En lugar de marginarlos, ¿por qué no integrarlos en el ecosistema digital? Si la gente puede retirar sus fondos digitales con alguien en quien ya confía, la adopción se disparará.

Mirando al futuro: Esperanza en el horizonte

A pesar de los retos, salí optimista de mi sesión en la Universidad de Kardan. La próxima oleada de herramientas financieras FinTech impulsadas por la IA, las monedas digitales de los bancos centrales y las aplicaciones móviles más inteligentes podrían hacer que los servicios financieros fueran aún más accesibles y seguros. Pero la verdadera clave es la colaboración entre el gobierno, el sector privado y las comunidades.

Las tecnologías financieras no son sólo aplicaciones y algoritmos. Se trata de dar a las personas el control sobre su dinero, ayudar a las familias a superar tiempos difíciles y construir un Afganistán más resistente. Las historias que escuché de los estudiantes y los datos que he visto en mi trabajo apuntan a una verdad: con la inversión adecuada en tecnología, personas y confianza, la tecnología financiera puede ser una fuerza positiva incluso en los entornos más difíciles.