La Evaluación Rápida de Necesidades (ERN) realizada en las provincias de Herat, Nangarhar, Kandahar y Balkh pone de manifiesto graves problemas de acceso a los alimentos. Los encuestados de estas regiones informaron de múltiples problemas que afectan a la seguridad alimentaria, como la insuficiente disponibilidad de alimentos en los mercados, la mala calidad de los alimentos, la falta de instalaciones para cocinar, la pérdida de activos agrícolas y el acceso físico limitado a los mercados. En particular, los altos porcentajes de estos problemas en Nangarhar y Kandahar indican una aguda inseguridad alimentaria entre las poblaciones vulnerables, especialmente las mujeres. Estos resultados subrayan la urgente necesidad de intervenciones integrales específicas para abordar estos retos.

La ERN revela cambios significativos en los patrones de consumo de alimentos en las provincias encuestadas. Mientras que un pequeño porcentaje de los encuestados informó de un aumento del consumo de alimentos, una parte considerable señaló una disminución, especialmente entre las mujeres, lo que sugiere un empeoramiento de la seguridad alimentaria y de las limitaciones económicas. Estos resultados ponen de relieve la naturaleza dinámica del acceso a los alimentos y los diversos efectos de los factores económicos y medioambientales en el consumo de alimentos de los hogares. Las estrategias de adaptación que tienen en cuenta los contextos y las vulnerabilidades locales son esenciales para abordar eficazmente estos cambios.

Las principales fuentes de alimentos en las provincias encuestadas incluyen la producción de subsistencia, los mercados locales y la ayuda humanitaria. La agricultura de subsistencia es crucial para garantizar la seguridad alimentaria, especialmente en Kandahar y Nangarhar, donde muchos encuestados dependen de sus esfuerzos agrícolas. Los mercados locales son otra fuente esencial, ya que muchos hogares compran alimentos para complementar su producción de subsistencia. La ayuda humanitaria es un salvavidas crucial, ya que una parte sustancial de la población depende de la ayuda externa durante los periodos de mayor inseguridad alimentaria. Estos resultados subrayan la importancia de diversas estrategias de acceso a los alimentos, que integren la producción agrícola local con las oportunidades de mercado y la ayuda externa para reforzar la resiliencia.

Los medios de subsistencia en las regiones estudiadas se basan principalmente en el trabajo diario, el autoempleo de los niños y la agricultura de subsistencia. El trabajo jornalero está muy extendido y sirve de sustento a muchos hogares en todas las provincias, con mayor prevalencia en Kandahar y Balkh. La contribución de los niños a los ingresos del hogar a través de diversas formas de trabajo pone de relieve su papel económico a pesar de las preocupaciones sobre el trabajo infantil y su impacto en la educación y el bienestar. La participación de las mujeres en actividades económicas a pequeña escala, como la artesanía y la cría de aves de corral, es notable en Kandahar y Nangarhar, lo que subraya su resistencia y sus contribuciones económicas en medio de circunstancias difíciles. Estos resultados ponen de relieve la importancia de apoyar medios de vida sostenibles que mejoren las oportunidades económicas al tiempo que protegen a los grupos vulnerables, incluidos los niños y las mujeres.

El acceso al agua potable sigue siendo un reto crítico en todas las provincias encuestadas, con una dependencia variable de las distintas fuentes de agua. Los pozos perforados con motobombas están muy extendidos y proporcionan un acceso fiable al agua. Sin embargo, persiste la preocupación por la calidad y la seguridad del agua de fuentes no protegidas, como manantiales y pozos abiertos. La ayuda humanitaria es fundamental para garantizar el acceso al agua, sobre todo en las zonas que carecen de infraestructuras adecuadas o se enfrentan a la contaminación del agua. Estas conclusiones subrayan la necesidad de mejorar las estrategias de gestión del agua que mejoren el acceso al agua potable y promuevan prácticas sostenibles de uso del agua, abordando tanto las necesidades inmediatas como la resiliencia a largo plazo frente a los retos relacionados con el agua.

La evaluación revela la diversidad de las prácticas agrícolas y los retos a los que se enfrentan los agricultores de las provincias estudiadas. Destacan los cultivos básicos como el trigo y el arroz. Sigue predominando el arado tradicional con bueyes o burros, especialmente en Herat y Nangarhar, aunque se observa la adopción gradual de prácticas agrícolas mecanizadas. Los métodos de irrigación convencionales, como el karez, y la dependencia de las lluvias estacionales ponen de relieve las prácticas adaptativas de gestión del agua. Sin embargo, las tecnologías modernas de irrigación están notablemente ausentes, lo que indica áreas potenciales para futuras intervenciones tecnológicas. Los agricultores se enfrentan a múltiples retos, como el acceso limitado a la tecnología moderna, la escasez de agua, la degradación del suelo y las restricciones financieras, que dificultan las actividades agrícolas y el acceso a los mercados. Las restricciones culturales dificultan aún más la participación de las mujeres en la agricultura, mientras que la ausencia de programas de formación limita el desarrollo de habilidades esenciales para las prácticas agrícolas sostenibles. Resolver estos problemas es crucial para mejorar la productividad agrícola y la sostenibilidad en todas las provincias estudiadas.

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