Etiopía se encuentra en un momento crucial, ya que su demografía juvenil ofrece una oportunidad única para lograr un rápido crecimiento económico a través de lo que se conoce como dividendo demográfico. Sin embargo, este potencial depende de la superación de importantes obstáculos al empleo juvenil. Con dos tercios de su población por debajo de los 30 años, Etiopía podría experimentar un aumento significativo de la productividad y el desarrollo económico si estos jóvenes se integran efectivamente en la población activa. Sin embargo, retos como la calidad de la educación, la inadecuación de las cualificaciones, el empleo en el sector informal y las disparidades de género socavan actualmente este potencial.

Los logros educativos del país, marcados por las altas tasas de matriculación, se ven ensombrecidos por problemas de calidad y pertinencia, lo que deja a muchos jóvenes etíopes mal preparados para el mercado laboral moderno. Esto ha dado lugar a elevadas tasas de subempleo juvenil y a un pronunciado desajuste de cualificaciones, con muchos trabajadores jóvenes que se encuentran en empleos del sector informal que ofrecen poca seguridad o progresión profesional.

Las disparidades de género complican aún más el panorama del empleo juvenil, ya que las mujeres se enfrentan a barreras adicionales para acceder a la educación y al trabajo. Además, la evolución de la economía mundial exige una mano de obra adaptable y preparada para los empleos del futuro, lo que exige previsión en la reforma de las políticas y la educación.

En respuesta, Etiopía ha puesto en marcha varios programas destinados a mejorar la empleabilidad de los jóvenes y la creación de empleo, desde la formación profesional a los fondos para el emprendimiento. Sin embargo, el ritmo y la escala de estas iniciativas deben acelerarse para adaptarse a los cambios demográficos en juego.

El camino que queda por recorrer requiere un esfuerzo concertado entre el gobierno, el sector privado y la sociedad para crear un entorno propicio al empleo juvenil productivo, sostenible y equitativo. Esto no sólo capitalizará el dividendo demográfico de Etiopía, sino que también contribuirá a la estabilidad social, la reducción de la pobreza y el bienestar general del país. El empleo de los jóvenes etíopes no es sólo una prioridad política, sino la piedra angular de la prosperidad y el desarrollo futuros del país.